Introducción
El cáncer de vejiga es una enfermedad en la que las células anormales de la vejiga crecen sin control y forman un tumor.
Es el cuarto tipo de cáncer más común entre los hombres. Se espera que alrededor de 62.100 hombres y 19.300 mujeres sean diagnosticados con cáncer de vejiga en 2020, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
El cáncer de vejiga generalmente comienza en el revestimiento más interno de la vejiga. Puede crecer hacia las capas musculares más profundas de la vejiga y eventualmente extenderse a los ganglios linfáticos cercanos, a los tejidos circundantes o incluso a sitios distantes.
Este último tipo de crecimiento se llama metástasis. El cáncer de vejiga metastásico es una enfermedad más avanzada y se clasifica como cáncer en etapa 4.
El dolor es un síntoma común que las personas pueden experimentar a medida que avanza el cáncer de vejiga. Comprender qué esperar durante el curso de la enfermedad y qué opciones de manejo del dolor están disponibles puede ayudarlo a sentirse más cómodo.
¿Es doloroso el cáncer de vejiga?
Cuando se encuentra en sus primeras etapas, el cáncer de vejiga no suele causar mucho dolor. Algunas personas no sienten ningún dolor, mientras que otras pueden experimentar dolor o ardor al orinar. La sangre en la orina, ya sea microscópica o visible a simple vista, es comúnmente el primer signo de cáncer de vejiga.
A medida que el cáncer crece y se disemina a otras áreas del cuerpo o durante el tratamiento del cáncer de vejiga, el dolor puede convertirse en un problema mayor. Puede experimentar dolor:
- en la pelvis
- en la espalda
- en huesos
- al tener relaciones sexuales
A veces, la enfermedad en sí no es la única fuente de dolor en las personas con cáncer de vejiga avanzado. También puede deberse al tratamiento. La quimioterapia, un método de tratamiento común para el cáncer de vejiga, puede causar efectos secundarios molestos, como llagas en la boca.
La quimioterapia también puede causar neuropatía periférica, que puede presentarse como dolor, entumecimiento, hormigueo u otras sensaciones en las manos, brazos, pies o piernas.
La cirugía puede ser parte del tratamiento del cáncer de vejiga. El dolor asociado con la cirugía depende de la operación.
El cáncer de vejiga temprano se puede tratar con una cirugía mínimamente invasiva, durante la cual el tumor se raspa de la pared de la vejiga desde adentro.
El cáncer de vejiga más avanzado puede requerir cirugía para extirpar toda la vejiga. Esta operación es mucho más larga y suele tener una recuperación más dolorosa.
Dolor de espalda
El cáncer de vejiga puede causar dolor lumbar cuando alcanza una forma más avanzada de la enfermedad. El dolor suele estar solo en un lado de la espalda, pero puede ubicarse en el centro.
El dolor lumbar puede ocurrir una vez que los tumores aumentan de tamaño o las células cancerosas comienzan a diseminarse a otras partes de su cuerpo.
Dolor al orinar
El cáncer de vejiga puede provocar cambios en la micción. Es posible que experimente dolor o una sensación de ardor al orinar y puede ver sangre en la orina.
También puede sentir:
- ganas de orinar con más frecuencia de lo que solía
- una necesidad urgente de orinar incluso si su vejiga no está llena
- ganas de orinar con frecuencia durante la noche
No poder orinar también puede ser un signo de cáncer de vejiga avanzado.
Dolor de cadera
El cáncer de vejiga avanzado a veces puede causar dolor en las caderas y la pelvis. Esto puede ocurrir si el cáncer se disemina a un músculo interno de la cadera llamado iliopsoas y causa una condición conocida como síndrome del psoas maligno.
Si bien el pronóstico para esta afección asociada al cáncer es precario, el síndrome del psoas maligno es muy poco común.
Manejo del dolor
El dolor suele ser parte de la realidad de vivir con cáncer de vejiga y someterse a tratamiento para la enfermedad. Sin embargo, los medicamentos y las técnicas complementarias pueden ayudarlo a controlar su dolor y mantenerlo más cómodo.
A continuación, se incluyen algunas opciones para el manejo del dolor causado por el cáncer.
Medicamentos de venta libre (OTC)
Es posible que pueda controlar el dolor leve a moderado con medicamentos de venta libre. Estos medicamentos incluyen:
- paracetamol
- ibuprofeno
- aspirina
Aunque no necesita una receta para medicamentos de venta libre, es importante hablar con su médico antes de tomar cualquier medicamento. Algunos de estos medicamentos pueden:
- causar efectos secundarios
- encubrir los signos de una posible infección
- afectar su tratamiento contra el cáncer
Las dosis altas de ibuprofeno, por ejemplo, pueden afectar la función renal. Esto puede ser un problema si sus riñones se ven afectados por el cáncer o si está recibiendo quimioterapia, que también puede alterar la función renal.
Analgésicos recetados
Su médico puede recetarle medicamentos más fuertes, como opioides, si experimenta un dolor moderado a intenso debido al cáncer. Ejemplos de estos medicamentos incluyen:
- codeína
- hidrocodona
- oxicodona
Los opioides pueden causar estreñimiento y potencialmente retrasar la recuperación después de la cirugía, por lo que es posible que no siempre sean apropiados para todas las personas con cáncer de vejiga.
Algunos de estos medicamentos también pueden causar dependencia física y adicción con el tiempo. Hable con su médico para determinar si los medicamentos recetados deben ser parte de su plan de manejo del dolor por cáncer de vejiga.
Agentes de dolor nervioso
Si tiene una lesión nerviosa por el tratamiento del cáncer, su médico puede recomendarle medicamentos anticonvulsivos para ayudar a reducir las sensaciones de hormigueo y ardor.
Los gabapentinoides, específicamente la gabapentina y la pregabalina, son medicamentos que tratan las convulsiones y también se dirigen al dolor nervioso. Se están convirtiendo en alternativas cada vez más populares a los opioides y pueden ser útiles para tratar la neuropatía que resulta de la quimioterapia o el crecimiento tumoral.
Medicamentos para espasmos de vejiga
Un espasmo de la vejiga ocurre cuando los músculos de la vejiga se contraen y provocan un impulso repentino e intenso de orinar. Los medicamentos para el control de la vejiga, llamados antiespasmódicos, actúan bloqueando los espasmos en la vejiga.
Los antiespasmódicos se recetan comúnmente a personas con cáncer de vejiga. Incluyen:
- oxibutinina
- mirabegrón
- tropsio
Pueden ayudar a calmar la sensación constante de orinar y aliviar la presión en la pelvis.
Antidepresivos
Si bien los antidepresivos se usan principalmente para tratar la depresión, algunos también se pueden usar para controlar el hormigueo y el ardor.
Este tipo de dolor a menudo puede ser causado por daño a los nervios por ciertos tratamientos contra el cáncer, como cirugía, quimioterapia y radiación.
Técnicas de relajación
La respiración lenta y rítmica y la concentración visual en un objeto son técnicas de relajación comunes que las personas con cáncer pueden usar para reducir el dolor. Ayudan a eliminar la tensión muscular y a calmar la mente.
Distracción
Darle a su mente algo más en lo que concentrarse además del dolor puede ayudarlo a sentirse más cómodo. Mirar televisión, leer un libro, hacer manualidades y escuchar música puede ayudar a distraer la mente del dolor.
Meditación
Al igual que las técnicas de relajación y la distracción, la meditación puede apartar su mente del dolor y calmar sus pensamientos.
Algunas investigaciones muestran que la meditación puede aliviar el dolor y reducir la ansiedad y la depresión entre las personas con cáncer, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
Otras técnicas complementarias para el manejo del dolor
Existe una variedad de otras técnicas complementarias y alternativas para el manejo del dolor que puede valer la pena explorar. Éstos incluyen:
- acupuntura
- Terapia artística
- yoga
- masaje
- hipnosis
- biorretroalimentación
La biorretroalimentación es una técnica que utiliza máquinas para ayudarlo a conocer y controlar algunas de las funciones involuntarias de su cuerpo. Dirigido por un técnico con licencia, la biorretroalimentación puede ayudarlo a relajarse y sobrellevar el dolor en su cuerpo.
Muchos de estos métodos integradores no se han probado en estudios científicos en personas con cáncer de vejiga. Pero se consideran formas de mejorar su calidad de vida cuando tiene una enfermedad.
Hable con su equipo de atención médica para determinar cuáles podrían ser mejores para su situación.
Sexo doloroso durante el tratamiento
El sexo puede convertirse en una experiencia dolorosa mientras se somete a un tratamiento para el cáncer de vejiga.
La radiación puede irritar la uretra de un hombre, lo que puede causar un dolor agudo durante la eyaculación. Este dolor generalmente desaparece cuando termina el tratamiento.
La cirugía de cáncer de vejiga también puede afectar la capacidad del hombre para producir semen. Esto puede llevar a "orgasmos secos", en los que sale poco o nada de semen.
Para las mujeres que se someten a la extracción de la vejiga urinaria, a menudo se incluye la extracción de la parte frontal de la vagina. Como resultado, el sexo puede resultar menos cómodo para algunas mujeres.
La radiación pélvica puede causar cicatrices, que pueden estrechar la vagina y provocar relaciones sexuales dolorosas.
Algunas mujeres también pueden experimentar sequedad vaginal durante ciertas terapias contra el cáncer, lo que puede hacer que el sexo sea incómodo y doloroso sin lubricación.
Aunque pueden ocurrir cambios en su cuerpo durante el tratamiento del cáncer de vejiga, el sexo puede ser una experiencia agradable con algunos ajustes.
Mantenga abiertas las líneas de comunicación con su pareja y explore técnicas alternativas al coito con penetración. Considere preguntarle a su equipo de oncología sobre recomendaciones específicas que puedan funcionar mejor para usted.
Cuando ver a un doctor
Si bien el cáncer de vejiga y el tratamiento de la enfermedad pueden causar dolor, existen formas de controlarlo.
Hable con su médico si siente alguna molestia durante el curso de su enfermedad o si nota dolores nuevos o cada vez más intensos. Su equipo de oncología puede sugerirle un especialista en cuidados paliativos o dolor para ayudarlo a sentirse más cómodo.
Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para pedir ayuda con su dolor.