Un quiste sebáceo es casi tan tentador a reventar como un grano, pero mantén ese pensamiento antes de hacerlo.
Hacer estallar un quiste sebáceo en casa por su cuenta podría aumentar su riesgo de inflamación, infección y malestar. En resumen, este es un quiste que es mejor que su médico elimine.
Siga leyendo para obtener más información sobre los quistes sebáceos y cómo debe y no debe tratarlos.
¿Qué es un quiste sebáceo?
El término quiste sebáceo puede inducir a error. Estos quistes no surgen de las glándulas sebáceas (sudoríparas), sino de las células sobre un folículo piloso conocido como infundíbulo.
Por esta razón, los médicos ahora los llaman comúnmente quistes epidermoides. Algunas formas de reconocer estos quistes incluyen:
- Localización. Estos quistes se encuentran con mayor frecuencia en la cara, el cuello, el abdomen y la espalda.
- Compresibilidad.Por lo general, puede presionar el quiste y se moverá hacia la piel.
- Apariencia central. El quiste puede tener una abertura visible en su centro que generalmente es de color negro. Los médicos llaman a esta área punctum.
- Contenido. Si un quiste sebáceo se rompe accidentalmente, probablemente liberará una sustancia amarilla, espesa y maloliente que es una combinación de grasas y proteínas.
Los hombres tienen el doble de probabilidades de tener quistes sebáceos que las mujeres. Las personas de 30 a 40 años también son más propensas a tener este tipo de quiste.
Quiste sebáceo inflamado. Fotografía cortesía de Steven Fruitsmaak / WikimediaPor qué no debería quitarse un quiste sebáceo usted mismo
Los quistes epidermoides o sebáceos son quistes de inclusión. Esto significa que tienen una cápsula alrededor del quiste.
Si no extrae la cápsula o la pared celular en su totalidad, es probable que el quiste vuelva a crecer. Además, la pared celular tiende a volverse más gruesa después de un intento de extracción parcial o ruptura, lo que hace que el quiste sea más difícil de eliminar en un momento posterior.
La extracción del quiste en casa también aumenta el riesgo de cicatrices. Los médicos utilizarán técnicas especiales para tratar de reducir esta probabilidad.
Riesgo de infección
Pero la posibilidad de que el quiste regrese es solo una de las razones por las que no debe quitarse uno usted mismo. Otra razón es el riesgo de infección.
Los médicos usan instrumentos esterilizados y técnicas limpias para prevenir infecciones, y tratar de extirpar el quiste en casa puede hacerlo más vulnerable a ellos.
Minimizar los efectos de un quiste sebáceo
Si tiene un quiste sebáceo, existe cierto riesgo de que pueda alterarlo a través de las actividades cotidianas. Esto incluye que su ropa se frote contra el quiste o golpee accidentalmente el quiste en una superficie dura. A menudo, esto depende de dónde se encuentre su quiste.
Si tiene un quiste que parece inflamado, algunas de sus opciones de tratamiento en el hogar incluyen:
- Compresas calientes. La aplicación de una compresa tibia sobre el quiste puede ayudar a reducir el enrojecimiento y la incomodidad.
- Limpieza de la zona afectada. Limpiar el área afectada con agua y jabón suave puede ayudar a minimizar el riesgo de que las bacterias ingresen al quiste. No es necesario que aplique un vendaje en el área; solo mantenerlo limpio y seco puede ayudar.
- Analgésicos de venta libre (OTC). Si el quiste es doloroso, tomar analgésicos de venta libre como ibuprofeno puede ayudar a reducir los síntomas.
Cómo un médico eliminará un quiste sebáceo
El método más común que usará un médico para extirpar el quiste es la escisión quirúrgica o la extirpación completa.
Por lo general, su médico solo extraerá un quiste si no está infectado. De lo contrario, puede resultarles difícil determinar los bordes del quiste.
Si el quiste está infectado, su médico puede inyectar antibióticos en el quiste y recomendar esperar para extraerlo hasta que la infección haya remitido.
El proceso de remoción
A menos que el quiste sebáceo sea de un tamaño muy grande, su médico generalmente puede extirparlo en su consultorio. Para eliminar el quiste, normalmente siguen este proceso:
- Inyecte el quiste con un anestésico local para reducir el dolor y minimizar el sangrado.
- Utilice un dispositivo de corte, como un bisturí, para eliminar el quiste. Lo más importante es eliminar el quiste con su pared intacta (no rota). Este enfoque reducirá la probabilidad de que el quiste regrese.
- Cosa la incisión cerrada con puntos de sutura para minimizar las cicatrices y promover la cicatrización.
Algunos médicos utilizarán un enfoque diferente para extirpar el quiste sebáceo, que implica el uso de un dispositivo especial que crea una biopsia por punción. Esta herramienta tiene un extremo de corte circular donde su médico puede eliminar el quiste de manera uniforme.
Cuándo consultar a un médico sobre un quiste sebáceo
Debe consultar a su médico si experimenta los siguientes síntomas relacionados con un quiste sebáceo:
- dolor
- enrojecimiento
- hinchazón
- calidez al tacto
Estos síntomas pueden indicar que su quiste se ha infectado y requiere tratamiento. Aunque es tentador, recuerde evitar manipular o apretar el quiste.
Si le extirparon un quiste sebáceo, siga las instrucciones de su médico para mantener el área limpia y seca. Si tiene síntomas de infección, comuníquese con su médico de inmediato.
Riesgo de cáncer
En su mayor parte, los quistes sebáceos son benignos (no cancerosos). En casos muy raros, pueden volverse cancerosos.
Por ejemplo, el carcinoma de células escamosas, un tipo raro de cáncer de piel que a menudo comienza en el párpado, puede surgir en un quiste sebáceo.
Si nota cambios en la apariencia del quiste, incluido cualquiera de los siguientes, hable con su médico:
- sangrado
- rezumando
- cambios de color
- hinchazón
Quitar
Los quistes sebáceos rara vez son un problema médico, pero pueden ser estéticos y, a veces, son incómodos.
Si tiene un quiste sebáceo que le preocupa, hable con su médico sobre las posibles opciones de extracción. Para minimizar el riesgo de infección, no intente hacerlo usted mismo en casa.
Dejar la extracción del quiste sebáceo a su médico aumentará la probabilidad de que el quiste no regrese.