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Escuchar la palabra "berrinche" puede inspirar visiones de un niño pequeño agitándose en el suelo, con la cara roja, gritando: "¡Lo quiero, lo quiero!"
Los niños pequeños suelen tener rabietas porque aún no han aprendido a controlar sus emociones ni a expresar sus necesidades.
Pero, ¿qué pasa con este tipo de comportamiento en un amigo, compañero o compañero de trabajo adulto? En realidad, podría ser algo un poco diferente.
Las crisis nerviosas y los ataques de ira de los adultos pueden parecerse a las rabietas, pero tienden a ocurrir cuando alguien ya no puede hacer frente a la tensión o las emociones dolorosas (no porque quiera o necesite algo).
A continuación, encontrará información sobre las posibles causas de las rabietas y los colapsos en los adultos, consejos para afrontar su propia angustia o apoyar a un ser querido, y orientación sobre cuándo podría ser el momento de buscar ayuda profesional.
Que podria estar pasando
Los arrebatos de ira en los adultos pueden ocurrir por varias razones.
Dificultad para manejar las emociones.
Es normal sentirse enojado y triste cuando las cosas no salen como esperabas. Pero sin buenas habilidades de regulación emocional, algunas personas tienen dificultades para navegar esas emociones de manera adecuada.
Digamos que se reúne con su jefe para discutir una promoción. Su jefe le explica que, si bien la empresa reconoce su dedicación y esfuerzo, quieren que obtenga más experiencia antes de que asuma más responsabilidades. "Hablemos de nuevo en 6 meses", dicen.
Considere estas dos posibles reacciones:
- Estás decepcionado, pero regresas silenciosamente a tu oficina donde le envías un mensaje de texto frustrado a tu pareja.
- "Eso es ridículo", exclamas, empujando la silla hacia atrás con tanta fuerza que se cae. "He trabajado más duro que nadie y te arrepentirás de haberme olvidado". Coges los documentos que trajiste, los amontonas y los arrojas a la papelera con fuerza, cerrando la puerta al salir.
No todo el mundo aprende a expresar emociones de forma saludable. Las personas que aprendieron a reprimir las emociones a menudo experimentan arrebatos cuando ya no pueden rechazarlas.
Imagínese una olla que se deja hervir con la tapa puesta. Eventualmente, el contenido burbujeará y se derramará, ¿verdad? Las emociones siguen un patrón similar.
Depresión
Las personas suelen asociar la depresión con una tristeza extrema, un estado de ánimo bajo y sentimientos de desesperanza. Pero la depresión también puede implicar una irritabilidad y un enojo poco característicos.
Alguien que esté lidiando con la ira relacionada con la depresión podría:
- sentir una rabia extrema en respuesta a desencadenantes de menor escala
- enojarse y "explotar" cuando las cosas van mal
- tienen problemas para manejar su respuesta de ira
Trastorno explosivo intermitente (IED)
IED implica repetidos arrebatos agresivos y de ira que pueden parecerse a rabietas. Alguien con un artefacto explosivo improvisado podría perder los estribos mientras conduce, gritar a los demás, arrojar cosas o incluso hacer un agujero en la pared.
La nueva edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) establece dos criterios clave separados para el diagnóstico:
- Comportamiento incontrolable parecido a una rabieta, como arrebatos verbales o físicos de ira o rabia, aproximadamente dos veces por semana durante al menos 3 meses. Estas rabietas no implicarán la destrucción de la propiedad o daños o perjuicios a nadie más.
- Al menos tres arrebatos físicos en el espacio de 1 año. Estas explosiones de ira será involucrar daños a otras personas o mascotas, o daños a la propiedad y pertenencias.
Alguien solo necesita experimentar uno de los anteriores para cumplir con los criterios de diagnóstico para IED.
Estas erupciones generalmente aparecen y desaparecen con bastante rapidez. Pueden suceder en cualquier lugar y es posible que se sienta exhausto o culpable después.
Autismo
El trastorno del espectro autista también puede implicar crisis que parecen rabietas.
Los colapsos pueden ocurrir en casi cualquier situación. Pueden implicar llorar, gritar, arrojar o romper cosas u otras expresiones físicas de angustia. Algunas personas también se retiran o se desconectan.
A diferencia de las rabietas, las crisis nerviosas no ocurren porque alguien está tratando de conseguir lo que quiere. Ocurren en respuesta a un abrumador extremo causado por:
- estrés
- sobrecarga sensorial
- cambios en la rutina
Puede pensar en ellos como una pérdida de control que ocurre cuando ya no puede hacer frente a una situación.
Síndrome de Tourette
Este trastorno de tic neurológico implica espasmos musculares incontrolables, pero entre el 20 y el 67 por ciento de las personas con síndrome de Tourette también pueden tener ataques de ira, según una revisión de investigación de 2020.
Los autores de la revisión señalaron que estos ataques pueden ser más comunes en personas que también tienen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Estos ataques generalmente ocurren en respuesta a una situación específica y, por lo general, no duran mucho. Suelen ser más graves de lo que normalmente justificaría el desencadenante. Por ejemplo, gritarle a un compañero de trabajo cuando lo pillas usando la crema para café que trajiste de casa.
Si bien alguien puede reconocer su respuesta como extrema y sentirse avergonzado y molesto después, todavía no puede evitar su reacción.
Como hacer frente
Experimentar crisis y ataques de ira puede ser bastante perturbador. Incluso cuando se dé cuenta de que su reacción no coincide realmente con la situación, es posible que se sienta impotente para calmarse o reaccionar de manera diferente.
Incluso puede notar síntomas físicos, como:
- un corazón acelerado
- temblores y temblores
- opresión en el pecho
Si bien los ataques de ira y los derrumbes no necesariamente son culpa tuya, aún pueden dañarte a ti, así como a las personas que amas. Estos consejos pueden ayudarlo a comenzar a recuperar el control.
Conozca sus factores desencadenantes
No puede planificar todas las circunstancias que desencadenan un colapso o un ataque de ira. Aún así, saber qué tipo de situaciones tienden a enojarlo o enojarlo puede ayudarlo a idear estrategias para prevenir los arrebatos.
Comience por enumerar situaciones en las que perdió el control en el pasado o rastrear arrebatos durante varias semanas para identificar patrones.
Tal vez notes que tienes más dificultad para controlar las emociones:
- después de un largo día
- cuando pasa demasiado tiempo en entornos sociales
- cuando está bajo mucho estrés
- después de que algo altera tu rutina
Una vez que haya identificado los posibles desencadenantes, puede desarrollar estrategias para manejarlos:
- Si algo en su entorno le molesta, puede intentar tomar una bebida fría, dar un paseo o buscar un lugar tranquilo para estar solo.
- Describe algunas formas de rechazar cortésmente los cambios en tu rutina que provocan angustia.
- Prepare una lista de actividades relajantes, como meditación o música.
- Busque otras formas en las que pueda expresar su enojo, como dibujar, escribir en un diario o tocar música.
Practica técnicas de relajación
Si bien los ejercicios de relajación no pueden reemplazar la terapia y otros tratamientos profesionales, pueden ayudarlo a controlar la ira y los arrebatos.
La clave del éxito radica en practicar estas técnicas con regularidad. Cuando se convierten en parte de su rutina, es más fácil alcanzarlos cuando se enoja.
Las estrategias de relajación útiles para la ira incluyen:
- visualización o imaginería guiada
- relajación muscular progresiva
- respiración profunda
- meditación
Encuentre más ejercicios de manejo de la ira aquí.
Practica una buena comunicación
Cuando estás realmente molesto, puede ser satisfactorio gritar o patear muebles, pero estas acciones no permiten que otras personas lo sepan. por qué Estás enojado. Por lo general, estas acciones tampoco ayudarán mucho a resolver el problema. También podría lastimarse a sí mismo oa otra persona.
Una mejor comunicación puede ayudarlo a expresar su enojo de manera más saludable. Si puede nombrar y describir emociones y sentimientos específicos, otras personas tienen más posibilidades de comprender el problema y ayudarlo a resolverlo.
Los terapeutas pueden ofrecer apoyo para fortalecer las habilidades de comunicación, pero los libros de autoayuda también pueden ser beneficiosos.
Aquí hay algunos títulos a considerar, todos disponibles para comprar en línea:
- "Mejore sus habilidades sociales" por Daniel Wendler
- "Gran charla, charla pequeña (y todo lo demás): habilidades de comunicación efectivas para todas las partes de su vida" por Shola Kaye
- "Simply Said: Comunicarse mejor en el trabajo y más allá" por Jay Sullivan
- "Mejores conversaciones: entrenarnos a nosotros mismos y a los demás para ser más creíbles, solidarios y estar conectados" por Jim Knight
Habla con un profesional
No siempre es posible manejar los ataques de ira o las rabietas por ti mismo.
Un terapeuta puede enseñarle técnicas y habilidades de relajación para manejar mejor sus sentimientos. Estos pueden ayudar con cualquier tipo de rabieta o ataque de ira, independientemente de la causa subyacente.
La terapia cognitivo-conductual (TCC), un enfoque que ayuda a muchas personas a mejorar su capacidad para controlar la angustia, puede tener un beneficio particular para la IED.
La terapia también ofrece un espacio seguro para obtener apoyo para identificar y procesar sentimientos difíciles si tiene dificultades con la regulación emocional.
Muy ocasionalmente, la ira incontrolable podría tener una causa médica o psiquiátrica subyacente. Si no ve una mejora después de trabajar con un terapeuta, es posible que desee programar una cita con su proveedor de atención médica.
Lidiar con la rabieta de otra persona
Cuando alguien que le importa tiene rabietas o crisis nerviosas, es posible que se pregunte cuál es la mejor manera de ofrecer apoyo o aliviar la situación.
Primero, trate de mantener la calma. Esto puede resultar difícil si parece que quieren provocarte. Si le dicen cosas desagradables, es posible que usted mismo comience a sentirse herido y enojado.
Quizás muestren su rabia con el trato silencioso; Las rabietas de los adultos no siempre implican patear y gritar.
Aunque ser ignorado podría enfurecerlo, resista la tentación de estallar contra ellos. En su lugar, respire profundamente algunas veces, incluso un breve descanso, antes de intentar responder.
Asegúrate de estar seguro
Alguien que sufre un ataque de ira o un colapso puede expresar enojo y frustración físicamente. Tal vez normalmente no patean, golpean o arrojan cosas, pero alguien preso de la ira puede reaccionar de manera diferente a como lo haría normalmente.
Alguien que golpea muebles o hace agujeros en las paredes cuando está enojado no es necesariamente abusivo. Aún así, desea evitar ponerse en riesgo.
Si usted tiene alguna dudas sobre si alguien puede volverse físicamente agresivo o violento, lo mejor es salir de la habitación y darles un poco de espacio para recuperar la calma.
banderas rojas
Nunca está bien que alguien:
- tomar todas las decisiones en la relación
- controla tus palabras y comportamiento
- evitar que vaya al trabajo, pase tiempo con sus seres queridos o vea a su proveedor de atención médica
- amenazar a las mascotas y a los niños
- destruir pertenencias
- te culpo por su comportamiento
- tomar o controlar su dinero
- presionarte para que tengas relaciones sexuales
- pasar por su teléfono y computadora sin permiso
Es mejor hablar con un terapeuta o defensor de inmediato si su pareja hace alguna de estas cosas, o usted:
- sentirse incómodo e inseguro en general
- se encuentra alterando su comportamiento para mantenerlos felices
- creen que podrían lastimarte si no haces lo que te piden
Nuestra guía de recursos sobre violencia doméstica puede ayudarlo a dar el primer paso.
Ofrezca empatía
Las rabietas, los ataques de ira y las crisis nerviosas suelen estar vinculados de alguna manera a situaciones abrumadoras o dificultades para regular las emociones.
Si no sabe qué molestó a su amigo o ser querido, pregunte. Es posible que no respondan hasta que se sientan más tranquilos, pero cuando lo hagan, escúchelos. Saber que alguien se preocupa puede facilitar la búsqueda de soluciones.
Mostrar comprensión y compasión también ayuda a validar sus sentimientos:
- “Veo por qué eso te molestó tanto. ¿Cómo podemos resolver el problema juntos? "
También puede ser útil considerar el idioma que usa. Llamar al arrebato una "rabieta" puede tener sentido, pero también es algo degradante y podría frustrarlos aún más.
A muchas personas les resulta lo suficientemente difícil hacer frente a los ataques de ira o los derrumbes sin preocuparse también por lo que los demás piensen de ellos. En cualquier caso, los arrebatos relacionados con la salud mental o las condiciones neurológicas generalmente no se consideran rabietas.
Establecer límites
Puede resultar agotador lidiar con los arrebatos o crisis habituales de un amigo o pareja. Establecer límites claros, y ceñirse a ellos, puede ayudarlo a proteger su bienestar emocional sin dejar de ofrecer apoyo.
Algunos ejemplos:
- “Estoy feliz de hablar sobre las cosas, pero no podemos encontrar una solución cuando gritas y lanzas cosas. Tengamos una conversación cuando se sienta más tranquilo ".
- “No permaneceré en una relación con alguien que patea y golpea paredes. Si está dispuesto a recibir ayuda para abordar su enojo, estoy aquí para ofrecerle apoyo ".
La línea de fondo
Todos se enojan de vez en cuando. No es inusual perder los estribos y reaccionar con arrebatos de ira cuando se encuentra bajo un estrés extremo o empujado al límite.
Aún así, la ira desenfrenada puede afectar su salud, sus relaciones y su vida cotidiana.
Si tiene ataques de ira más regulares o crisis angustiosas, puede ser útil obtener apoyo profesional para identificar las posibles causas y explorar estrategias útiles para hacer frente.
Crystal Raypole ha trabajado anteriormente como escritora y editora de GoodTherapy. Sus campos de interés incluyen las lenguas y la literatura asiáticas, la traducción al japonés, la cocina, las ciencias naturales, la positividad sexual y la salud mental. En particular, está comprometida a ayudar a disminuir el estigma en torno a los problemas de salud mental.