La deshidratación ocurre cuando su cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere.
Su cuerpo necesita agua para una variedad de procesos, incluida la regulación de la temperatura, la eliminación de desechos y la lubricación de las articulaciones.
Mantenerse hidratado es particularmente importante a medida que envejece. Un adulto mayor que está deshidratado puede tener un mayor riesgo de complicaciones como:
- estreñimiento
- desequilibrios de electrolitos
- problemas de riñon
- pérdida del equilibrio
Siga leyendo para obtener más información sobre por qué los adultos mayores son más propensos a la deshidratación, los síntomas a tener en cuenta y lo que puede hacer para ayudar a prevenir la deshidratación.
Adultos mayores y deshidratación
Los adultos mayores son más susceptibles a la deshidratación por varias razones.
Factores de riesgo de deshidratación en adultos mayores
- Disminución de los fluidos corporales totales. A medida que envejecemos, la cantidad de líquido en nuestro cuerpo comienza a disminuir. Esto significa que hay menos reservas de agua disponibles para que su cuerpo las use a medida que envejece.
- Reducción de la respuesta de la sed. Sentir sed es la forma que tiene su cuerpo de hacerle saber que necesita agua. Sin embargo, debido a que la respuesta de la sed se debilita con la edad, es posible que los adultos mayores no sepan que necesitan beber.
- Disminución de la función renal. La función de los riñones puede disminuir con la edad, lo que significa que se puede perder más agua al orinar.
- Condiciones de salud y medicamentos. Algunos adultos mayores tienen problemas de salud subyacentes o toman medicamentos. En algunos casos, estas afecciones o medicamentos pueden provocar un aumento en la pérdida de agua al orinar.
¿Qué puede provocar la deshidratación?
La deshidratación puede tener diversas causas. A continuación, se enumeran algunas de las causas más comunes de deshidratación en los adultos mayores:
- Exposición al calor. Pasar tiempo en condiciones cálidas o húmedas puede provocar una mayor pérdida de líquidos a través del sudor.
- Enfermedad. Estar enfermo con síntomas como fiebre, vómitos o diarrea puede causar deshidratación.
- Problemas de movilidad. Puede ser más difícil para los adultos mayores con problemas de movilidad poder obtener agua por sí mismos.
- Condiciones de salud subyacentes. Algunas condiciones de salud subyacentes, como la diabetes o la enfermedad renal, pueden hacer que pierda más líquido de lo normal.
- Medicamentos. Un efecto secundario de algunos medicamentos puede ser un aumento de la micción, lo que puede provocar una pérdida adicional de líquidos. Algunos ejemplos de medicamentos que pueden provocar un aumento de la micción incluyen los diuréticos y ciertos medicamentos para la presión arterial.
¿Cuáles son los síntomas a tener en cuenta?
Algunos signos y síntomas comunes de deshidratación incluyen:
- boca seca
- cansancio o fatiga
- ojos hundidos
- una disminución de la micción
- orina de un color más oscuro de lo normal
- calambres musculares
- sentirse mareado o aturdido
Los síntomas de deshidratación más graves requieren atención médica inmediata. Estos síntomas incluyen:
- una frecuencia cardíaca rápida
- dificultad para moverse o caminar
- confusión o desorientación
- desmayo
- diarrea o vómitos que duran más de 24 horas
Si la deshidratación no se trata, puede provocar complicaciones graves, como:
- problemas urinarios y renales, incluidas infecciones del tracto urinario, cálculos renales e incluso insuficiencia renal
- convulsiones debido a niveles bajos de potasio y sodio
- agotamiento por calor o insolación
- Choque hipovolémico, una complicación potencialmente mortal que causa una caída en la presión arterial y los niveles de oxígeno debido al bajo volumen de sangre.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento?
El tratamiento para la deshidratación implica reemplazar los líquidos que se han perdido. Para la deshidratación leve a moderada, esto incluye beber agua u otros líquidos, como jugos o caldos.
A veces, los vómitos o la diarrea pueden provocar una pérdida significativa de electrolitos y agua. En estas situaciones, puede resultar útil beber bebidas que contengan electrolitos. Los ejemplos incluyen bebidas deportivas y Pedialyte.
Si la deshidratación es más severa, puede ser necesaria la hospitalización. En esta situación, se administrarán líquidos y electrolitos por vía intravenosa.
Consejos para prevenir la deshidratación
Si es un adulto mayor, los siguientes consejos pueden ayudarlo a mantenerse bien hidratado:
- Trate de beber agua durante todo el día. Otras bebidas que también pueden ayudar con la hidratación incluyen leche, agua con gas con sabor y jugos de frutas con bajo contenido de azúcar. Beba café y té con moderación, ya que pueden tener efectos diuréticos.
- Si le resulta difícil beber demasiado líquido de una sola vez, tome pequeños sorbos.
- Trate de incluir en su dieta alimentos que tengan un mayor contenido de agua. Algunos ejemplos incluyen sandía, pepino, apio, fresas y caldos o sopas bajos en sodio.
- Si no encuentra el agua muy atractiva, intente agregar una rodaja o un chorrito de limón o lima para darle sabor.
- Planee beber más agua si va a estar en condiciones de calor o humedad durante un período prolongado de tiempo, o si va a hacer ejercicio.
- Si está enfermo con síntomas como fiebre, vómitos o diarrea, asegúrese de beber más líquidos de lo normal.
- Si tiene una condición de salud subyacente, hable con su médico sobre sus necesidades específicas de líquidos e hidratación.
Si es el cuidador de un adulto mayor, puede hacer lo siguiente para ayudar a prevenir la deshidratación:
- Recuérdeles que deben hidratarse durante el día, especialmente durante las comidas y después del ejercicio o esfuerzo.
- Mantenga el agua en lugares donde sea accesible y fácil de alcanzar.
- Implemente un acceso más fácil al baño si les preocupa no llegar al baño a tiempo después de beber líquidos.
La línea de fondo
Los adultos mayores son más susceptibles a la deshidratación. Hay muchas razones para esto, incluido un menor contenido de líquidos en el cuerpo, una disminución de la respuesta de la sed y medicamentos o afecciones subyacentes.
Reconocer los síntomas de la deshidratación es importante para que pueda trabajar para reemplazar los líquidos perdidos. Esté atento a síntomas como sequedad de boca, fatiga, orina de color oscuro y aturdimiento.
El tratamiento de la deshidratación implica reemplazar los líquidos perdidos.Puede trabajar para prevenir la deshidratación asegurándose de tomar líquidos regularmente durante el día. Esto puede incluir agua, jugos, caldos o alimentos con alto contenido de agua.
Si no está seguro de sus necesidades de hidratación, hable con su médico para averiguar cuánta agua debe beber cada día.