La hepatitis C es un virus de transmisión sanguínea que causa inflamación del hígado. Más de 3 millones de personas viven con hepatitis C en los Estados Unidos.
Dado que muchas personas pueden no tener síntomas o no saber si tienen hepatitis C, su estado a menudo no se diagnostica ni se informa.
Hoy en día, la hepatitis C generalmente se transmite al compartir agujas u otro equipo para inyectarse drogas.
Estos son solo algunos de los efectos graves a largo plazo de la hepatitis C no tratada:
Cirrosis
El área del cuerpo más afectada por la hepatitis C es el hígado. La cirrosis es una enfermedad crónica del hígado que se produce cuando el tejido cicatricial comienza a apoderarse del tejido sano dentro del propio hígado.
Esta cicatrización ralentiza el flujo sanguíneo e impide que el hígado procese nutrientes y toxinas.
La cirrosis puede causar mucho daño al hígado sin que se detecte nunca, y puede causar afecciones como:
- coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos (ictericia)
- hematomas y sangrado crónicos
- cálculos biliares
- acumulación de líquido en el abdomen (ascitis)
- hinchazón dolorosa de piernas y pies (edema)
- agrandamiento del bazo (esplenomegalia)
- un aumento de la presión arterial en el sistema venoso portal del cuerpo (hipertensión portal)
- envenenamiento del cerebro por la incapacidad de procesar el amoniaco en el hígado (encefalopatía hepática)
- debilitamiento crónico de la densidad ósea (enfermedad ósea)
Cáncer de hígado
Muchas personas con cirrosis eventualmente desarrollan cáncer de hígado.
Cuando el hígado comienza a producir células para combatir la cirrosis, algunas de estas nuevas células pueden mutar en células cancerosas y hacer que se desarrollen tumores.
El problema es que, a menudo, el cáncer pasa desapercibido hasta que comienzan a manifestarse síntomas graves.
Algunos síntomas a tener en cuenta incluyen:
- dolor o bultos en el lado derecho del abdomen
- dolor en la espalda o en el hombro derecho
- sentirse extremadamente lleno después de apenas comer
- orina de color té
- heces pálidas
- agrandamiento de los senos o testículos
Los tratamientos para el cáncer de hígado van desde la ablación (destrucción del tejido canceroso) hasta la quimioterapia y un trasplante de hígado.
Enfermedad cronica del higado
Muchas personas con hepatitis C crónica eventualmente desarrollan enfermedad hepática crónica. Si no se trata, esto conducirá a una insuficiencia hepática completa.
La buena noticia es que la insuficiencia hepática se puede detectar mediante un análisis de sangre, una tomografía computarizada o una biopsia hepática. Pero el único tratamiento actual para la insuficiencia hepática total relacionada con la hepatitis C es un trasplante de hígado.
Los científicos están trabajando rápidamente para desarrollar nuevos tratamientos para la insuficiencia hepática, como:
- Los dispositivos de soporte hepático artificiales que pueden hacer el trabajo que un hígado defectuoso ya no puede hacer. Esto le da al hígado tiempo para regenerarse y curarse. Un ejemplo es el dispositivo de soporte hepático extracorpóreo (ELSD), que ha tenido éxito en los ensayos.
- El trasplante de hepatocitos implica el trasplante de una pequeña porción de las células del hígado. Esta opción deja el hígado intacto, lo que permite que las células lo ayuden a regenerarse.
- El xenotrasplante, que reemplaza el hígado humano por un hígado animal o células y tejidos, se puede utilizar para acelerar el proceso de recibir un trasplante de hígado humano.
Problemas de salud mental
Algunos de los problemas de salud mental más comunes asociados con la hepatitis C son la fatiga, la depresión y la cognición deteriorada (especialmente la memoria), dice Jesse P. Houghton, MD, director médico senior de gastroenterología en Southern Ohio Medical Center.
Algunas de estas afecciones están directamente relacionadas con el virus, como la fatiga, y algunas también están relacionadas con el estigma asociado con tener una afección crónica que a menudo se asocia con el uso indebido de sustancias, dice.
Problemas de la piel
Un problema en el cuerpo a menudo conduce a otro, por lo que la hepatitis C también puede afectar la piel, el órgano más grande del cuerpo.
La hepatitis C no tratada puede provocar varios tipos de erupciones, que incluyen púrpura palpable, liquen plano e incluso llagas en los dedos de manos y pies conocidas como ulceraciones digitales, dice Houghton.
Problemas de presión arterial
Las personas con cirrosis avanzada debido a la hepatitis C suelen tener la presión arterial baja.
Esto es causado por un aumento en el óxido nítrico circulante, una de las moléculas más importantes para la salud de los vasos sanguíneos, que normalmente es metabolizada por un hígado sano, dice Houghton.
Problemas del corazon
La hepatitis C no tratada puede tener efectos graves sobre la salud del corazón, incluida la insuficiencia cardíaca congestiva.
La hepatitis C puede afectar los vasos sanguíneos que transportan sangre hacia y desde el corazón y los pulmones. Este daño puede provocar presión arterial alta y, eventualmente, insuficiencia cardíaca.
Problemas nerviosos
Aquellos con hepatitis C no tratada pueden experimentar una sensación de ardor, picazón o entumecimiento. Esto sucede cuando los nervios unidos a más de una parte del cuerpo se ven afectados.
Se cree que los problemas nerviosos provocados por la hepatitis C están relacionados con la inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos causada por la presencia de proteínas anormales en la sangre, dice Houghton.
Problemas de articulaciones y músculos
Los problemas articulares y musculares afectan del 40 al 80 por ciento de las personas con hepatitis C, dice Houghton.
Los problemas de las articulaciones incluyen una inflamación similar a la artritis reumatoide, que provoca dolor en las articulaciones de las manos y las rodillas.
Los músculos y las articulaciones de otras partes del cuerpo también pueden volverse dolorosos e hinchados.
Problemas de azúcar en sangre
Hay algunas investigaciones que sugieren que la diabetes y la hepatitis C están relacionadas. La hepatitis C es un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 1 y tipo 2. Las personas con diabetes también pueden tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la hepatitis C.
Sin embargo, los estudios que intentan identificar una conexión entre la hepatitis C y la diabetes o la resistencia a la insulina se han mezclado, dice Houghton.
La línea de fondo
La hepatitis C tiene numerosos efectos dañinos a largo plazo. Por eso es importante hacerse la prueba y recibir tratamiento.
Si cree que puede tener hepatitis C o que le han diagnosticado recientemente, hable con su médico para que pueda tratarse a tiempo.