En muchos sentidos, la artritis psoriásica es impredecible. No siempre sé qué desencadenará un brote o qué tan grave será. Sin embargo, mi propia experiencia me ha enseñado que superar el umbral de una llamarada a menudo aumenta su intensidad y duración.
También aprendí que ir "a toda velocidad" cuando me siento bien generalmente conduce a un accidente épico. Para evitar brotes innecesarios, he tenido que encontrar un equilibrio entre lo que necesito y quiero hacer y lo que mi cuerpo necesita.
Así es como encontré el equilibrio en mi vida.
1. Programar días libres
Antes de encontrar el equilibrio, iría, iría, iría unos días y luego pasaría el doble de días y, a menudo, semanas en la cama recuperándome. No era forma de vivir. Para poner fin a este círculo vicioso, tuve que dejar de vivir días sin brotes como si no estuviera enferma.
En lugar de llenar mi calendario semanal con actividades, citas o compromisos diarios, comencé a espaciarlos. Por ejemplo, si tuviera una cita con el médico el lunes y el recital de baile de mi hija el jueves, no planearía nada el martes o miércoles. Programar días "libres" permitió que mi cuerpo se recuperara y se preparara para la próxima gran salida.
Al principio, esto significaba no hacer nada más que darle a mi cuerpo la atención y el cuidado que requería. Si bien fue frustrante al principio, la recompensa valió la pena. Me encontré cancelando menos y pudiendo hacer más.
2. Calcula cuánto es demasiado
No tener nada planeado no significaba que no estuviera activo. La energía física gastada en la compra de comestibles, la limpieza de la casa y pasear al perro también tuvo un impacto en lo que podía hacer durante la semana. Tuve que averiguar cuánto era demasiado.
Al usar mi rastreador de ejercicios, pude comparar mi actividad y niveles de dolor y averiguar cuánto era demasiado. Esta información me ayudó a saber cuándo necesitaba hacer modificaciones. Por ejemplo, no podría esperar levantarme de la cama y empezar a trabajar si mi recuento de pasos del día anterior era de 24.000 y mi umbral diario es de 6.000.
Para acomodarme a un día más ocupado, podría despejar mi horario para los próximos días, modificar mi actividad usando una ayuda para la movilidad o hacer cambios en la actividad que permitirían estar más sentado y menos caminar.
3. Acepte los resultados y cumpla
Uno podría pensar que tener que prestar una atención tan detallada a los horarios y límites físicos sería el aspecto más difícil de prevenir brotes innecesarios, pero no lo es. La parte más difícil es aceptar los resultados y seguir adelante. Saber que necesitaba descansar o modificar una actividad fue un desafío al principio, hasta que hacerlo con regularidad me llevó a poder hacer más.
Me di cuenta de que descansar no era lo mismo que no hacer nada. Cuidaba mi cuerpo. ¡Tratar las áreas inflamadas de mi cuerpo, dar tiempo a los tendones y articulaciones para recuperarse y liberar el estrés físico y emocional es un trabajo duro y necesario! Descansar no me hizo perezoso; me hizo más productivo.
Lo mismo ocurre con la utilización de ayudas para la movilidad. Solía sentirme avergonzado por tener que usar un andador o una silla de ruedas para extender mi tiempo fuera, ¡incluso cuando eran mi única opción para salir! Sin embargo, cuando me di cuenta de que la diferencia entre usar y no usar uno daba como resultado si podía o no funcionar al día siguiente, mi vergüenza fue reemplazada por la satisfacción de hacer algo que mi enfermedad hubiera prohibido de otra manera.
4. Reevaluar y repetir
La desventaja de crear equilibrio al estar atento a los límites físicos y la programación es que el límite entre lo que puedo y no puedo hacer, con o sin dolor, cambia a menudo. Para reducir la frecuencia con la que cruzaba esa línea, comencé un diario de enfermedades crónicas.
Mi diario me dio y continúa brindándome una visión completa de todos los desencadenantes de mi dolor, como lo que como, mi estado emocional, el clima y cómo trato mis síntomas diarios. Toda esta información me ayuda a planificar mejor, evitar desencadenantes conocidos y me recuerda que debo abordar el dolor antes de que se salga de control.
Cuando tengo un mal momento, esta cita es un recordatorio útil:
"No es egoísta hacer lo que es correcto para ti". - Mark Sutton
La comida para llevar
Como usted, espero y rezo para que veamos una cura para esta miserable enfermedad crónica. Mientras tanto, es importante que no dejemos nuestras vidas en suspenso. Es posible que no podamos vivir sin artritis psoriásica, pero cuando programamos con nuestra enfermedad en mente, escuchamos y aceptamos lo que dice nuestro cuerpo y hacemos modificaciones, podemos vivir una vida mejor.
Cynthia Covert es escritora independiente y bloguera en The Disabled Diva.Ella comparte sus consejos para vivir mejor y con menos dolor a pesar de tener múltiples enfermedades crónicas, como artritis psoriásica y fibromialgia. Cynthia vive en el sur de California y, cuando no está escribiendo, se la puede encontrar caminando por la playa o divirtiéndose con familiares y amigos en Disneyland.