Espondilitis anquilosante y fatiga.
La espondilitis anquilosante (EA) es conocida por las complicaciones relacionadas con la inflamación de la columna.
Si bien el dolor y la incomodidad pueden interrumpir sus actividades diarias, podría estar lidiando con otro efecto secundario debilitante: la fatiga.
Según la Sociedad Nacional de Espondilitis Anquilosante, la fatiga es una de las preocupaciones más comunes entre los pacientes con EA. El proceso inflamatorio de la EA puede provocar fatiga.
Siga leyendo para saber qué está causando su fatiga y cómo detenerla en seco.
Causas de la fatiga AS
El mayor culpable de la fatiga relacionada con la EA es la inflamación.
Los tejidos inflamados dentro de la columna liberan pequeñas sustancias químicas basadas en proteínas llamadas citocinas, que se considera que desempeñan un papel importante en la fatiga, el dolor y los trastornos psicológicos.
Las citocinas, que son producidas por células en su sistema inmunológico, reaccionan en su cuerpo de manera similar a las que se producen cuando tiene un resfriado o gripe. Es por eso que puede sentir que tiene una enfermedad viral cuando en realidad no la tiene.
El tratamiento de la inflamación con medicamentos puede ayudar a reducir la fatiga excesiva. Pero tenga en cuenta que los medicamentos recetados que contienen opioides o codeína pueden aumentar el cansancio y no disminuir la inflamación.
Consejos sobre cómo vencer la fatiga de EA
1. Apunta a dormir bien
En algunos casos, la fatiga no está relacionada exclusivamente con la inflamación. El dolor y la incomodidad pueden dificultar conciliar el sueño por la noche, lo que aumenta el cansancio. Su dolor también puede hacer que se despierte durante la noche.
A continuación, presentamos algunas formas de ayudarlo a asegurarse de tener una noche de sueño más reparadora:
- Acuéstese a la misma hora todas las noches, incluidos los fines de semana.
- Tome descansos durante el día en lugar de siestas.
- Realice actividades relajantes antes de acostarse, como ejercicios de respiración profunda.
- Evite dormir hasta tarde los fines de semana o los días de vacaciones.
- Tome un baño tibio antes de acostarse.
- Agregue cortinas más gruesas en su dormitorio para que sea menos probable que la luz del sol lo despierte.
- Regule la temperatura en su dormitorio.
2. Compruebe si hay anemia
La inflamación de la EA aumenta el riesgo de anemia, una afección caracterizada por la falta de cantidades saludables de glóbulos rojos. Estas células son responsables de transportar oxígeno a los órganos.
La fatiga es uno de los primeros signos de anemia. Otros síntomas de anemia incluyen:
- Dolores de cabeza frecuentes
- mareo
- dificultad para respirar
- piel pálida
- pérdida de cabello por deficiencia de hierro
La anemia se diagnostica con un análisis de sangre. Si le diagnostican anemia, su médico puede recetarle un suplemento de hierro para ayudar a restaurar sus niveles de glóbulos rojos.
Su médico también querrá asegurarse de que no tenga úlceras o sangrado por el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides o períodos menstruales abundantes.
3. Controle su peso
La falta de energía puede provocar una disminución de la actividad y provocar un aumento de peso. El sobrepeso puede presentar problemas de salud a largo plazo y también puede empeorar sus síntomas de EA.
La grasa adicional agrega más estrés a la columna y empeora la inflamación. El sobrepeso también puede dificultar las tareas diarias.
Si nota que está aumentando de peso a pesar de llevar una dieta saludable y equilibrada y hacer ejercicio con regularidad, hable con su médico.
Es posible que soliciten pruebas adicionales, como pruebas de función tiroidea, para averiguar la causa.
4. Consideraciones dietéticas
El aumento de peso a menudo requiere cambios en su dieta. Pero cuando se trata de abordar la fatiga relacionada con la EA, los cambios en la dieta significan mucho más que reducir las calorías.
Es importante comer alimentos ricos en nutrientes con la mayor frecuencia posible. Mantendrán su energía alta todo el día.
Llénate de cereales integrales y carbohidratos derivados de productos agrícolas en lugar de alimentos llenos de azúcares o harinas refinadas. Además, cambie las bebidas con cafeína por agua.
Ese café con leche extra puede darle un impulso ahora, pero la cafeína, la crema y el azúcar finalmente lo harán sentir agotado.
5. Consejos para hacer ejercicio
Cuando te sientes agotado, es probable que hacer ejercicio sea lo más alejado de tu mente. Aún así, los entrenamientos regulares pueden ayudar a mejorar los niveles de energía y la flexibilidad con el tiempo.
El ejercicio también es importante para mantener los huesos fuertes contra la osteoporosis, una afección que las personas con EA tienen un mayor riesgo de desarrollar más adelante en la vida.
Empiece con caminatas cortas y avance hasta ejercicios más largos y de mayor intensidad.
La natación es un gran ejercicio para las personas con EA.
Además, es posible que le resulte más fácil conciliar el sueño por la noche si ha hecho ejercicio ese día. Solo asegúrese de no hacer ejercicio demasiado tarde en la noche, ya que puede interrumpir su sueño.
La comida para llevar
Debido a que actualmente no existe una cura para la EA, el manejo de los síntomas relacionados requiere diligencia.
Si con frecuencia no tiene suficiente energía para realizar las actividades diarias, puede ser el momento de revisar y evaluar su plan de tratamiento actual con su médico.
Un enfoque diferente para tratar la EA puede ser suficiente para mantener a raya la fatiga.
Por encima de todo, establezca una meta para tratar de mantener una actitud positiva y tranquila. El estrés solo se suma a la sensación de cansancio. Así que déjate relajar mientras intentas descansar más.