¿Puede el CBD ayudar a tratar o prevenir las enfermedades cardíacas?
El cannabidiol (CBD) es uno de los principales cannabinoides que se encuentran en la planta de cannabis. A diferencia del conocido cannabinoide tetrahidrocannabinol (THC), el CBD no es psicoactivo, lo que significa que no te hará sentir "drogado".
Los cannabinoides afectan su sistema endocannabinoide, que trabaja para mantener el cuerpo en un estado uniforme u homeostasis. Cuando el cuerpo se sale de control debido a la inflamación o la enfermedad, el CBD puede impulsar su sistema endocannabinoide para que haga su trabajo como regulador del cuerpo.
El CBD ha recibido mucha atención recientemente, apareciendo en productos como aceites, ungüentos, gomitas y lociones. Se ha promocionado como una sustancia que puede tener un efecto positivo en afecciones como la ansiedad, el dolor crónico e incluso las enfermedades cardíacas.
Si bien algunas investigaciones y pruebas anecdóticas muestran que el CBD puede tener beneficios para la salud, la realidad es que la investigación sobre el CBD aún está en su infancia; hay muchas cosas que no sabemos.
Además, los productos de CBD de venta libre (OTC) no están actualmente regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). La única condición para la que se ha aprobado el tratamiento con CBD es la epilepsia, en forma del medicamento Epidiolex.
Entonces, dadas estas advertencias, ¿debería probar el CBD si su objetivo es tratar o prevenir una enfermedad cardíaca? Siga leyendo para descubrir lo que dice la investigación.
Lo que dice la investigación sobre el CBD y las enfermedades cardíacas
Las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes del CBD pueden reducir los factores de riesgo que pueden provocar enfermedades cardíacas, como la presión arterial alta. También puede reducir el riesgo de enfermedades relacionadas, como un accidente cerebrovascular.
Alta presión sanguínea
La presión arterial alta es el principal factor de riesgo de enfermedad cardíaca hipertensiva. Su presión arterial puede aumentar bajo estrés, pero algunas investigaciones sugieren que una dosis de CBD puede disminuir ese pico.
En un estudio de 2009, las ratas fueron sometidas a una situación estresante que hizo que aumentaran su presión arterial y su frecuencia cardíaca. Una dosis de CBD redujo tanto la presión arterial como la frecuencia cardíaca.
En un estudio de 2017, voluntarios humanos sanos fueron sometidos a estrés y luego recibieron una dosis de CBD. El CBD redujo su presión arterial, en comparación con los voluntarios que recibieron un placebo.
Entonces, aunque se necesita más investigación para decirlo con certeza, el CBD puede ser útil para reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca bajo estrés.
Sin embargo, una revisión de 2017 de 25 estudios encontró que no hay evidencia de que el CBD proporcione resultados similares en condiciones no estresantes. Hable con su médico antes de usar CBD si tiene presión arterial alta.
Golpe
La enfermedad cardíaca aumenta su riesgo de accidente cerebrovascular. Un accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo de sangre al cerebro. Un vaso sanguíneo en el cerebro también puede estallar y causar un derrame cerebral hemorrágico.
Una revisión de 2010 encontró que el CBD puede ayudar a proteger a los pacientes con accidente cerebrovascular del daño cerebral e incluso ayudar a la recuperación al impulsar la función cerebral.
Una revisión de 2017 también concluyó que el CBD aumentó el flujo sanguíneo cerebral durante un accidente cerebrovascular. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas revisiones se centraron en estudios con animales. Se necesita más investigación para determinar si estos hallazgos también se aplican a los humanos.
Cómo usar CBD
El CBD viene en muchas formas, como comestibles, aceites y tinturas y cremas para la piel. Tomar CBD por vía sublingual, o ponerlo debajo de la lengua, es una forma fácil de ingerirlo.
Los productos sublinguales son más seguros que algunas otras formas de ingestión de CBD, como vapear. También producen resultados más rápidos y más fuertes que los productos tópicos o comestibles.
Dado que la FDA no regula los productos de CBD de venta libre, es extremadamente importante investigar antes de comprarlos o tomarlos. También debe hablar con su médico antes de probar el CBD.
Compre su producto de una fuente confiable que venda CBD orgánico sin OGM. Es posible que desee consultar con su farmacéutico local para ver si tiene una recomendación de producto examinada. Si no es así, busque un producto que haya sido probado de forma independiente por un tercero. Esta información debe estar disponible en el sitio web o en el empaque del producto.
Las pruebas de terceros lo ayudarán a asegurarse de que el producto que está tomando esté etiquetado correctamente. Esto es importante porque, según un estudio de 2017, solo alrededor del 31 por ciento de los productos están etiquetados con precisión con respecto a su concentración de CBD. Y pueden estar mal etiquetados con respecto a otros cannabinoides como el THC.
Siempre comience con una pequeña dosis de CBD si decide probarlo. Luego, si elige aumentar, agregue a su dosis lentamente. Una buena regla general es probar una dosis muy pequeña al tomar CBD por primera vez o al cambiar a un nuevo producto de CBD. Aumente la dosis en no más de 5 a 10 miligramos a la vez, siempre y cuando no tenga efectos secundarios negativos.
ConsejoCompre CBD solo de una fuente confiable que ofrezca pruebas de terceros. Comience con una pequeña dosis y aumente lentamente hasta alcanzar el efecto deseado.
Efectos secundarios y preocupaciones de seguridad del CBD
Los investigadores informan que el CBD tiene pocos efectos secundarios posibles, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el CBD tiene un "buen perfil de seguridad". No es adictivo y no puede sufrir una sobredosis de CBD. Sin embargo, todavía hay algunas cosas importantes que debe tener en cuenta si desea probar el CBD.
Posibles efectos secundarios.
- fatiga
- Diarrea
- cambios en el apetito
- cambios de peso
El CBD podría interactuar con otros medicamentos. Eso es porque el CBD puede interferir con ciertas enzimas hepáticas. Esta interferencia podría evitar que el hígado metabolice otras drogas o sustancias, lo que provocaría concentraciones más altas de ellas en su sistema. Por eso es importante hablar con su médico sobre las posibles interacciones medicamentosas antes de tomar CBD.
El CBD podría aumentar su riesgo de toxicidad hepática. Un estudio reciente ha planteado preocupaciones sobre el potencial de daño hepático del CBD. Los investigadores sugieren que el CBD afecta al hígado de manera similar al alcohol, algunos medicamentos e incluso ciertos suplementos dietéticos.
Hable con su médico antes de probar el CBD
Si está considerando probar el CBD, hable primero con su médico. Pregúnteles cuál es la dosis adecuada para sus síntomas y afecciones específicos. Asegúrese de hablar sobre todos sus medicamentos, incluidos los suplementos o ayudas de venta libre.
Aunque la investigación sobre el CBD y las enfermedades cardíacas parece prometedora, es necesario realizar más estudios para que los científicos comprendan los beneficios del CBD para diversas afecciones. El CBD no es una cura para las enfermedades cardíacas.
¿Es legal el CBD? Los productos de CBD derivados del cáñamo (con menos del 0,3 por ciento de THC) son legales a nivel federal, pero siguen siendo ilegales según algunas leyes estatales. Los productos de CBD derivados de la marihuana son ilegales a nivel federal, pero son legales según algunas leyes estatales. Consulte las leyes de su estado y las de cualquier lugar al que viaje. Tenga en cuenta que los productos de CBD de venta libre no están aprobados por la FDA y pueden estar etiquetados incorrectamente.
Jennifer Chesak es periodista médica para varias publicaciones nacionales, instructora de redacción y editora de libros independiente. Obtuvo su Maestría en Ciencias en Periodismo de Northwestern's Medill. También es la editora en jefe de la revista literaria Shift. Jennifer vive en Nashville pero es oriunda de Dakota del Norte, y cuando no escribe o mete la nariz en un libro, por lo general corre por senderos o juega con su jardín. Síguela en Instagram o Twitter.