La artritis reumatoide (AR) es una afección autoinmune que ocurre cuando su sistema inmunológico ataca por error sus articulaciones. Esto da como resultado las siguientes experiencias que pueden interferir con sus actividades diarias:
- dolor
- enrojecimiento o decoloración
- inflamación
El tratamiento para la AR es importante para mejorar sus síntomas, así como para proteger sus articulaciones y órganos de lesiones permanentes.
Como otras enfermedades autoinmunes, la AR es una enfermedad compleja. Sin embargo, hay cosas que puede hacer para ayudar a controlar los diversos aspectos de la AR que pueden ayudar a mejorar su calidad de vida.
13 cosas que debes saber
1. La AR puede ser una enfermedad invisible en las primeras etapas que quizás deba explicar a sus seres queridos
La AR es causada por una inflamación subyacente, que puede afectar su salud física y emocional, como:
- dolor
- fatiga
- rigidez
Es importante ser explícito sobre su condición con amigos y seres queridos porque es posible que ellos no puedan "ver" lo que está pasando.
Al explicarle su afección y sus necesidades, es posible que también puedan ayudarlo mejor.
2. La AR puede afectarle de manera diferente a medida que envejece
Una revisión de investigación de 2017 mostró que, si bien la AR es más común en mujeres de 25 a 45 años, la afección puede desarrollarse en hombres y mujeres de todas las edades.
Aunque la AR se caracteriza principalmente por dolor e inflamación en las articulaciones, puede desarrollar diferentes niveles de progresión a medida que envejece; estos cambios pueden ser más significativos si se le diagnosticó originalmente con AR entre los 20 y 30 años.
Por ejemplo, puede encontrar que:
- Necesita más tiempo para completar las tareas diarias debido a la fatiga.
- tienden a experimentar olvidos con más frecuencia
- Necesita dormir más, tal vez acostándose más temprano de lo que solía hacerlo.
- requieren más descanso después de un día fuera
- está perdiendo peso, incluso si no está intentando
3. Es posible tener AR y lupus al mismo tiempo
El lupus es otro tipo de afección autoinmune y es posible que la AR y los síntomas del lupus se presenten juntos, lo que se conoce como síndrome de superposición. Ambas afecciones tienen síntomas articulares similares, pero el lupus también puede causar:
- erupciones cutáneas o úlceras
- problemas de riñon
- disminución de las células sanguíneas y las plaquetas
Tanto la AR como el lupus se basan en la inflamación, por lo que los tratamientos pueden ser similares.
Sin embargo, es posible que los síntomas de la AR mejoren y que el lupus se agrave. Es importante programar citas con su médico para exámenes regulares y análisis de sangre, ya que el lupus puede ser más difícil de identificar.
4. También es posible tener fibromialgia
Tanto la fibromialgia como la AR tienen síntomas similares, que incluyen fatiga y dolor. Sin embargo, la AR también causa dolor e inflamación en las articulaciones y puede tratarse con diferentes clases de medicamentos.
La fibromialgia, por otro lado, puede causar dolor constante.Además, si bien la AR es una afección autoinmune progresiva, la fibromialgia es una afección crónica que no necesariamente empeora con el tiempo.
Tener AR también puede aumentar su riesgo de desarrollar fibromialgia. Según la Arthritis Foundation, los investigadores estiman que más del 20 al 30 por ciento de las personas tienen fibromialgia y AR juntas.
Otros síntomas de la fibromialgia incluyen:
- dolores de cabeza
- depresión o ansiedad
- síndrome del intestino irritable (SII)
- Sensibilidad a los cambios de temperatura, sonido y luz.
- la privación del sueño
- fatiga
Si bien no existe cura para la fibromialgia, puede ayudar a controlar sus síntomas al:
- dormir lo suficiente
- Manejando el estrés
- técnicas de relajación como la meditación
5. El ejercicio puede ayudar a controlar el dolor
El ejercicio regular ayuda a mejorar su salud y bienestar en general, pero puede ser difícil comenzar cuando tiene dolor relacionado con la AR.
Sin embargo, el ejercicio puede ayudar con el manejo general del dolor cuando se vive con AR, especialmente una vez que tiene una rutina.
Pídale ayuda a su médico si es nuevo en el ejercicio. Es posible que pueda comenzar caminando todos los días y luego aumentar la distancia y la velocidad de manera gradual.
Los ejercicios de resistencia y flexibilidad, como el yoga y el tai chi, también pueden ayudar a aliviar el dolor de la AR y aumentar la movilidad.
6. El descanso es tan importante como el ejercicio
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel recomienda hacer ejercicio con regularidad, pero descansar más cuando la AR se intensifica.
Demasiado ejercicio, especialmente durante los brotes de AR, puede aumentar la inflamación y empeorar los síntomas. El descanso regular también puede reducir la fatiga.
Tu mejor apuesta es escuchar a tu cuerpo. En su lugar, podría considerar tomar un día de descanso o reemplazar su entrenamiento con estiramientos suaves de yoga si:
- sintiéndose agotado
- sintiéndose rígido
- tener demasiado dolor
7. La fatiga y la "niebla mental" son reales, pero hay formas de controlarlas
La fatiga es un síntoma común de la AR y también puede indicar un nuevo brote.
Con la fatiga de la AR, es posible que se sienta agotado y débil durante el día, pero no necesariamente se sienta somnoliento. La fatiga excesiva también puede hacer que sea más difícil concentrarse o recordar información, dos síntomas de "niebla mental".
Si bien la fatiga puede aliviarse con el tratamiento, es posible experimentar este síntoma a largo plazo. Puede ayudar a combatir la fatiga y la confusión mental al:
- apegarse a un horario regular de sueño por la noche
- hacer suficiente ejercicio durante el día
- comer una dieta equilibrada
8. El manejo del estrés es fundamental
El estrés puede aumentar su riesgo de desarrollar un brote de AR y también puede empeorar otras afecciones que tenga, como la fibromialgia.
El ejercicio regular y las técnicas de relajación pueden ayudar a controlar el estrés y reducir la inflamación. Es importante tomarse un tiempo de cada día para usted, ya sea para:
- dar un paseo corto
- meditar
- escucha musica relajante
9. Sepa cuándo buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
Si bien el estrés ocasional de la AR es típico, las siguientes experiencias prolongadas podrían indicar una condición de salud mental:
- enojo
- miedo
- desesperación
- tristeza
Si no se siente como usted mismo y ha perdido el interés en sus actividades favoritas que normalmente disfruta, hable con un profesional de la salud mental para obtener ayuda.
10. El apoyo grupal puede ayudar
A veces, necesita el apoyo de otras personas fuera de sus amigos y familiares que puedan compartir las mismas experiencias que usted.
Considere la posibilidad de comunicarse con un grupo de apoyo de AR, en línea o en persona, para obtener ayuda. Hablar con otras personas también puede mejorar su salud mental al hacer que se sienta menos aislado.
11. El control del peso puede reducir los síntomas y la progresión de la enfermedad.
Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, la obesidad puede aumentar el riesgo de experimentar progresión de la AR. Si es necesario, perder peso puede ayudar a disminuir la progresión de la AR y disminuir sus síntomas.
La pérdida de peso también puede ayudar a aliviar el dolor en ciertas articulaciones, particularmente en:
- espalda
- caderas
- rodillas
Hable con su médico sobre cómo puede ayudar un plan de pérdida de peso gradual.
12. También es importante proteger la salud de su corazón con AR
Los efectos inflamatorios de la AR pueden extenderse a los órganos internos, incluidos el corazón y los pulmones. La evaluación periódica de estos órganos debe formar parte del tratamiento de la AR.
De hecho, según la Arthritis Foundation, la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en personas que tienen AR. Además de controlar su AR, puede hacer otras cosas para ayudar a reducir su riesgo de enfermedad cardíaca, como:
- llevar su presión arterial a un nivel estable
- reducir sus niveles de colesterol
- agregar ejercicios cardiovasculares a su rutina de ejercicios
- comer una dieta baja en grasas
- tratando de dejar de fumar
13. La remisión es posible
El objetivo del tratamiento de la AR es ayudar a aliviar sus síntomas mientras detiene la progresión de esta afección.
Un diagnóstico temprano de AR y el tratamiento posterior con medicamentos modificadores de la enfermedad pueden resultar en remisión. Esto puede ser posible dentro de los primeros meses de tratamiento.
Cuando la AR está en remisión, esto significa que tiene menos articulaciones afectadas, junto con una reducción del dolor y la inflamación.
Su médico deberá controlar cuidadosamente su condición durante la remisión y ajustar su medicación en consecuencia.
Cuándo hablar con su médico
Los medicamentos modificadores de la enfermedad ayudan a tratar la AR y a prevenir su progresión, pero es posible que sea necesario ajustar la dosis de vez en cuando.
Es importante realizar un seguimiento de sus síntomas e informar a su médico sobre cualquier nuevo brote para que pueda ajustar su medicación lo antes posible, si es necesario.
Los síntomas de un brote de AR pueden incluir:
- aumento del dolor y rigidez en las articulaciones
- enrojecimiento o decoloración visible
- aumento de la fatiga después de sus actividades habituales
- incapacidad para completar sus actividades diarias
- mayor estrés
También debe hablar con su médico si sus síntomas de AR no mejoran, a pesar de tomar medicamentos. También se debe informar cualquier aumento en el dolor o cambios en su calidad de vida.
La línea de fondo
Si bien el dolor y la rigidez en las articulaciones son una característica clave de la AR, este no es el único síntoma que debe controlar. La AR puede afectarle de muchas otras formas, incluidas las siguientes:
- niveles de energía
- salud mental
- la salud del corazón
Los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas de la AR y prevenir la progresión de la afección, pero los cambios diarios en el estilo de vida también pueden ayudar a complementar su tratamiento.
Llame a su médico si sus síntomas empeoran o no mejoran a pesar de esas modificaciones en el estilo de vida.