Pie caído, o pie caído, implica una dificultad para levantar la parte delantera del pie, lo que puede causar problemas al caminar. Es un síntoma común de la esclerosis múltiple (EM), pero también puede ser causado por otros síndromes neurológicos o daño físico a un nervio.
Las personas con este síntoma tienden a caminar levantando la rodilla, como si estuvieran subiendo escaleras. Otros síntomas de la EM relacionados con los músculos y los nervios pueden agravar los desafíos que presenta esta afección.
Hay muchas opciones de tratamiento, que van desde aparatos ortopédicos hasta fisioterapia y cirugía. Es posible que no recuperen por completo una marcha normal, pero a menudo pueden reducir los síntomas de manera significativa y hacer que caminar sea más fácil.
Pie caído y EM
Debido a que la EM interrumpe la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, los problemas relacionados con los nervios son comunes. Las sensaciones de entumecimiento u hormigueo en las extremidades suelen ser los primeros signos de la EM.
Los problemas del sistema nervioso pueden convertirse en complicaciones más graves. El pie caído es el resultado de una debilidad en el músculo tibial anterior, que está controlado por el nervio peroneo profundo.
Los problemas para caminar relacionados con la caída del pie pueden empeorar por otros síntomas de la EM.
El entumecimiento de los pies puede volverse tan severo que una persona con EM puede tener dificultad para sentir el suelo o saber dónde están sus pies en relación con el suelo. Esta condición se llama ataxia sensorial. La ataxia es un problema de control muscular que impide la coordinación del movimiento.
Muchos síntomas de la EM pueden causar dificultades para caminar. La sensación general de fatiga que acompaña a la EM hace que los músculos de las piernas se cansen y la tensión o los espasmos en los músculos de las piernas pueden agravar los problemas para caminar. Incluso sin pie caído, caminar puede ser un desafío para las personas con EM.
Otras causas de pie caído
Si bien la EM es una causa común de pie caído, el problema relacionado con la marcha también se asocia con otras afecciones y eventos de salud. Éstos incluyen:
- esclerosis lateral amiotrófica (ELA), comúnmente conocida como enfermedad de Lou Gehrig
- distrofia muscular
- golpe
- Enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT), un trastorno neurológico
La caída del pie también puede ser causada por lesiones en los nervios que controlan los músculos que levantan el pie. Los nervios afectados pueden estar en la rodilla o en la parte baja de la columna.
Otras causas incluyen la cirugía de reemplazo de cadera o rodilla y la diabetes. El daño a los nervios del ojo, que puede provocar dolor al mover el ojo o incluso la pérdida de la visión, también puede causar dificultades para caminar.
Otras causas de pie caído incluyen compresión nerviosa o hernia de disco.
Opciones de tratamiento para el pie caído
El tratamiento con pie caído depende principalmente de la causa de la afección y del alcance de la discapacidad. El tratamiento de una hernia de disco, por ejemplo, puede eliminar la caída del pie. Pero es posible que la cirugía de columna no resuelva el problema para las personas con EM.
Ortesis
Hay disponible una variedad de aparatos ortopédicos, como aparatos ortopédicos y férulas. Algunos se usan en los zapatos, mientras que otros se usan alrededor del tobillo o cerca de la rodilla.
Un dispositivo ampliamente utilizado es la ortesis de tobillo y pie (AFO). Ayuda a mantener el pie en un ángulo de 90 grados con la parte inferior de la pierna para sostenerlo. Si bien puede ayudar a mejorar su marcha, es posible que necesite un zapato más grande para acomodar el aparato ortopédico. Un AFO también puede resultar incómodo si se usa durante largos períodos de tiempo.
La estimulación eléctrica al caminar también puede ayudar a reducir los síntomas del pie caído. Este tratamiento también se conoce como estimulación eléctrica funcional (FES). Los dispositivos pequeños que se usan cerca de la rodilla responden al movimiento de la pierna y envían estímulos eléctricos leves al músculo para ayudarlo a moverse correctamente.
Un estudio de 2013 mostró que tanto el tratamiento AFO como el FES mejoraron la velocidad de la marcha en personas con pie caído relacionado con un accidente cerebrovascular.
Terapia física
La fisioterapia también puede ayudar. Una variedad de ejercicios puede fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la flexibilidad. Trabajar con un fisioterapeuta que tenga conocimientos sobre EM y pie caído puede ser especialmente útil.
Cirugía
Si la ortesis o la fisioterapia no controlan suficientemente la afección, existen varias soluciones quirúrgicas que pueden ayudar.
Una transferencia de tendón es una posible solución. Por lo general, esto implica transferir un tendón que generalmente va a una parte diferente del pie y dirigirlo a la parte superior del pie para reemplazar el tibial anterior.
Otro tipo de cirugía fusiona el pie y el tobillo para eliminar la carga del músculo peroneo. Sin embargo, este procedimiento reduce la flexibilidad del tobillo.
Varios estudios han demostrado los beneficios de cirugías específicas para abordar diversas causas del pie caído, como aliviar el atrapamiento del nervio peroneo y mejorar la fuerza muscular del tibial anterior (TA).
Todas las cirugías conllevan riesgos, por lo que es importante que se comunique con su médico sobre todas sus opciones de tratamiento. Si va a someterse a una cirugía, asegúrese de comprender los riesgos, los beneficios y los resultados a largo plazo que elija.
Viviendo con pie caído
Caminar con el pie caído puede hacer que se sienta cohibido y puede cansarlo más fácilmente. Pero al igual que otros síntomas de la EM, a menudo se puede controlar con éxito.
No tiene que soportar la caída del pie sin ayuda. Hablar con su médico y trabajar con un fisioterapeuta son dos pasos que puede seguir para tratar la caída del pie.