A primera vista, las últimas estadísticas mundiales sobre el VIH son alentadoras. Según ONUSIDA, más de 21 millones de personas están recibiendo actualmente terapia antirretroviral para el VIH, el tratamiento más eficaz disponible. Y el número de muertes relacionadas con el SIDA es ahora menos de un millón por año, el más bajo desde el comienzo del siglo XXI.
Además, muchos países de todo el mundo se han comprometido a alcanzar las metas "90-90-90" para 2020. Eso significa establecer la meta de que el 90 por ciento de las personas seropositivas conozcan su estado, el 90 por ciento de las personas que conocen su estado recibir tratamiento, y el 90 por ciento de las personas que reciben tratamiento tienen una carga viral indetectable.
Pero a pesar de estos avances prometedores, la tasa de nuevos diagnósticos de VIH sigue aumentando entre ciertas poblaciones. Esto es particularmente cierto para los hombres que tienen sexo con hombres (HSH), cuyo riesgo de contraer el VIH es asombrosamente 27 veces mayor que otros grupos demográficos.
Es importante preguntarse por qué los HSH aún enfrentan un riesgo mucho mayor de diagnóstico de VIH, en comparación con otros grupos. ¿Por qué, después de tanto tiempo y progreso, sigue siendo así? Y, lo que es aún más importante, ¿qué se puede hacer para proteger a los hombres con mayor riesgo?
Estadísticas regionales
Si bien el riesgo de infección por el VIH es mayor para los HSH en todo el mundo, la tasa de casos nuevos varía según la región. ONUSIDA recopiló datos y publicó un desglose global aproximado de los nuevos diagnósticos de VIH para 2017. Según esta investigación, los nuevos casos de VIH entre HSH representan aproximadamente:
- 57 por ciento de todos los casos nuevos en América del Norte, Europa central y Europa occidental
- 41 por ciento de todos los casos nuevos en América Latina
- 25 por ciento de todos los casos nuevos en Asia, el Pacífico y el Caribe
- 20 por ciento de todos los casos nuevos en Europa del Este, Asia central, Medio Oriente y África del Norte
- 12 por ciento de todos los casos nuevos en África occidental y central
Aunque hay algunas variaciones regionales, esta no es una tendencia aislada. En la mayor parte del mundo, los HSH enfrentan un mayor riesgo de diagnóstico de VIH en comparación con otros grupos.
Desafíos regionales y universales
Algunas regiones del mundo tienen sus propios obstáculos únicos cuando se trata de prevenir nuevas transmisiones del VIH.
Por ejemplo, en muchos países, y especialmente en África y Oriente Medio, el sexo entre hombres está tipificado como delito. Esto empuja a los HSH a ocultar sus prácticas sexuales y evitar buscar consejo médico sobre el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. También puede hacer que sea más difícil para los proveedores de atención médica y los grupos de defensa ofrecer información sobre salud sexual a los HSH sobre cómo pueden reducir el riesgo de transmisión del VIH.
En todo el mundo, incluso en países donde las prácticas, las relaciones y los matrimonios entre personas del mismo sexo son legales, persisten la discriminación y la homofobia. En diversos grados, esto puede afectar la capacidad y voluntad de los HSH para acceder a información y servicios de salud de alta calidad. El estigma que puede acompañar a un diagnóstico de VIH también tiene un impacto.
La disponibilidad de la prueba del VIH varía en todo el mundo. Además, si los HSH temen el juicio potencial de los proveedores de atención médica, es menos probable que se hagan la prueba.
Cuando las personas no se hacen la prueba del VIH, no pueden saber si tienen el virus. A su vez, no accederán al tratamiento ni a la terapia antirretroviral. También es más probable que transmitan el virus a otras personas.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente 1 de cada 6 HSH en los Estados Unidos que tienen VIH no saben que están viviendo con el virus. En algunos países, la situación es peor. Por ejemplo, en Kenia, Malawi y Sudáfrica, aproximadamente uno de cada tres HSH con VIH no sabe que lo tiene.
Ciertos factores biológicos también pueden poner a los HSH en mayor riesgo de contraer el VIH. La mayoría de los HSH contraen el virus al tener sexo anal sin condón. El sexo anal sin condón tiene un mayor riesgo de transmisión del VIH que otras prácticas sexuales, como el sexo oral.
Los condones ayudan a prevenir la transmisión del VIH, pero las tasas de uso de condones entre los HSH varían en todo el mundo. La falta de educación sexual, la falta de acceso a condones y las normas culturales en torno a los condones son cuestiones clave que afectan las tasas de uso. En países donde el uso de condones es bajo, los HSH corren un mayor riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea y la clamidia, además del VIH.
Los tratamientos antirretrovirales también reducen significativamente el riesgo de transmisión del VIH. Estos incluyen medicamentos para la profilaxis previa a la exposición (PrEP) y la profilaxis posterior a la exposición (PEP). Incluso con la exposición al virus, como a través de relaciones sexuales sin condón, la PrEP y la PEP son muy eficaces para prevenir la transmisión. Pero en todo el mundo, las personas con mayor riesgo de contraer el VIH pueden tener dificultades para obtener estos medicamentos, ya sea por falta de acceso o por falta de información.
Soluciones procesables
Superar estos desafíos puede parecer abrumador, pero es posible. En todo el mundo, crece la evidencia de que ciertos enfoques pueden marcar una gran diferencia cuando se trata de reducir la tasa de nuevos diagnósticos de VIH.
Uno de los pasos más importantes para reducir los casos nuevos en HSH es que los países proporcionen terapias antirretrovirales como la PrEP a gran escala. Se están llevando a cabo programas generalizados de PrEP en varios países, incluidos Australia, Brasil, Kenia, Sudáfrica, Estados Unidos y Zimbabwe.
Hasta ahora, los resultados han sido prometedores. Por ejemplo, en una región de Australia, la rápida introducción de PrEP se vinculó con una disminución del 35 por ciento en los nuevos diagnósticos de VIH. Cuando el PReP está ampliamente disponible, las campañas publicitarias y las iniciativas locales son clave para educar al público sobre la disponibilidad y eficacia del medicamento.
Un cambio hacia la atención basada en la comunidad es otra estrategia importante para reducir los nuevos casos de VIH. Los programas de extensión que cuentan con personal sanitario comunitario pueden aumentar la probabilidad de que las personas con VIH se apeguen a su plan de tratamiento.
La tecnología también ofrece nuevas soluciones. En China, una aplicación de citas para teléfonos inteligentes llamada Blued ha desarrollado un sistema para conectar a sus 40 millones de usuarios con el sitio de pruebas del VIH más cercano. Esto facilita que las personas reserven una cita. Los datos de 2016 sugieren que las clínicas promocionadas en la aplicación vieron un aumento del 78 por ciento en la cantidad de personas evaluadas.
Despenalizar las prácticas y relaciones entre personas del mismo sexo, al mismo tiempo que se aborda el estigma y la discriminación, marca una gran diferencia. ONUSIDA señala que esto alienta a las personas con VIH a inscribirse en programas de atención médica y ceñirse a un plan de tratamiento.
Por último, ONUSIDA informa que es fundamental que los gobiernos ofrezcan atención médica asequible y eliminen las tarifas de los usuarios de servicios de salud. Esto no solo hace que la terapia antirretroviral sea más accesible, sino que también reduce las cargas financieras asociadas con el VIH.
La conclusión: mirar el panorama general
La tasa de nuevas infecciones por el VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres ha aumentado en todo el mundo, pero no se olvida el objetivo de alcanzar las metas 90-90-90 para 2020. Para llegar allí, o al menos para acercarnos, la colaboración entre las comunidades individuales y los sistemas nacionales de salud es imperativa. Las pruebas del VIH y la terapia antirretroviral deben ser accesibles para las personas con mayor riesgo de contraer el virus.
Los líderes políticos, comunitarios y empresariales de todo el mundo deben intensificar y trabajar hacia las inversiones financieras y los cambios de política necesarios para garantizar que se produzcan avances. Para detener la amenaza del VIH y el SIDA para los HSH y todas las personas, debemos unirnos, no solo a nivel local, sino también a nivel mundial.